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Diario de viaje

Posted by Vinctum - June 19th, 2011


Diario de viaje, Domingo, 19 de junio de 2011

Su perfecto rostro parecía haber sido cincelado en mármol, su pelo rubio y largo caía por su espalda y su gran cuerpo quedaba a la altura de su rostro, más algo en su espalda lanzaba una pregunta, ¿Qué era lo que es exactamente ese ser? Sus manos largas de dedos finos esperaban abiertas a los lados de sus rectos costados, y su intachable sonrisa reflejaba una infinita paciencia. Sus ojos, del azul más claro acompañaban la sonrisa mientras que lo que causaba dicha sospecha se extendía sendos y largos metros a los lados de él. Dos alas del blanco más inmaculado se extendían, vibrantes y brillantes, iluminando todo lo que se encontraba a su alrededor. Cada una de sus plumas brillando con su propio brillo, provocaban que las alas iluminasen decenas de metros a su alrededor allí, donde había movimiento.

Allí donde comenzaba, comenzaba la broma.

A su alrededor se afanaban en la rojiza forja decenas si no cientos de bestias deformadas, con cuernos, sonrisas de dientes afilados, garras por manos y pezuñas al final de largas y finas patas. Estas bestias se gritaban y gruñían, pero ni una sola dejaba en un solo momento de reír, según hacían con oro las partes de lo que pronto serían tanto la más bella ropa como la más bella armadura nunca por nadie vistas, con una destreza no vista nunca antes por este pobre narrador saltaban de un lado a otro y golpeaban el oro de un yunque y de otro. Se golpeaban con sus garras cerradas entre si, riendo, riéndose unas de otras y riendo por lo que estaban haciendo.

Y cuando las partes de algo que igualaría la belleza del cuerpo sobre el que serían colocadas estaban listas, fueron puestas.. con cuidado unidas y limpiadas, una y otra vez. La armadura.. relució, las alas brillaron.. y, junto a ellas.. su sonrisa se torció, se dobló, se retorció, y una risa mucho peor que la de los seres a su alrededor salió contagiada de lo que había tras ella.

El ser ascendió, y una vez estuvo alzado sobre el suelo del hombre se presentó a las multitudes como un enviado de los cielos y dio un mensaje de amor, paz y unidad mediante la unificación religiosa.. y no hubo quien se opusiese a sus negociaciones las cuales lograba que sencillamente dejasen a cada parte contenta

Las fes unidas, las guerras acabadas, ¿Por qué debería pelearse el hombre contra el hombre sin nación que llegue a necesitar defensa alguna? Enormes palacios en su honor fueron erigidos en todos y cada uno de los continentes, y el mayor de todos, de kilómetros ya únicamente de alto le servía como hogar allí en la vieja Europa, y desde este procuraba hacer la de todos una vida más amena.

Pero hubo gente que no le tragaba, primero los de religiones no derivadas del cristianismo, después los escépticos y por último ateos, filósofos, científicos y los auto proclamados pensadores. Fueron cayendo de izquierda a derecha, siendo el último colectivo el que más duró de todos, este organizó manifestaciones y llamó la atención de la indiferente opinión pública sobre ciertos peligros.

Pero la opinión pública como ya dije era de indiferencia, la libertad de prensa resultó un bien innecesario cuando todo iba bien para todos, la claridad en las acciones de los diligentes también era innecesaria en ciudades tan bien logradas de habitantes tan felices con tan poco sudor derramado en el día a día.

Y, el enviado, subía cada noche a lo más alto de su palacio, y desde la cima de almena reía lanzando su risa como un insulto a los cielos.

23:32

Schlaf ein, Mein herz.

23:59:59

Muere.

2:58

"No hay esperanza, ni tampoco confianza"


Comments

Tu espera a morir al menos un cierto tiempo.

Cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el miedo a hacerlo, es como si cargáramos con una pesada carga. Quien duda está perdido. No podemos fingir que no nos lo dijeron. Todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas malditos instándonos a vivir el momento. Aunque, a veces, debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir, y que fracasar y cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado.

Ten un día apacible.