Diario de viaje, Viernes, 10 de junio de 2011
You can checkout any time you like,
But you can never leave!
11:00
Cerrarte a todo lo que tengas alrededor, respirar hondamente mirando el roce y presión de tus dedos sobre las teclas de plástico, partes de un objeto que probablemente te sobrevivirá a menos que sea destruido por el ser humano o en su defecto el fuego.
Observar las dos pequeñas muescas, marcas, salientes, de las teclas "F" y "J", por las cuales te has guiado siempre a la hora de escribir conociendo de memoria la posición de cada tecla.
Bajar ligeramente el volumen de lo que está sonando para que sea un susurro, que se mezcle pero no superponga tus pensamientos, y por último preguntarse qué demonios estás escuchando. ¿Será Power Metal? ¿Tal vez Pop? ¿Una mezcla de ambos? Carezco de idea.
Pero sí sé bien cómo calificar lo que sonará a continuación.
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A lo que tú llamas luz, yo lo llamo oscuridad pervertida. La esencia de la mentira la ha cambiado, hasta que se puede creer que es blanca, dime cómo lo sientes, ¿Hondo, verdad?
Y uno puede encender las maderas sobre las que está reposando su cuerpo, y ni aún así iluminará nada.
¿Será tuya la sangre en mis manos? ¿Tuya la vida, que he tomado sin piedad? ¿Tuyo el dolor del que me acusan? ¿Entonces por qué demonios me fuerzas a hacerlo?
Me estás destrozando con tu corazón de hierro, me estás destrozando con ese corazón.
Un mundo, sin ti, sería un mundo con menos sufrimiento y dolor.
Me estás destrozando y siquiera te arrepientes.
La sangre se desliza tan propia por el interior de mi cuello, la lengua mordida para evitar hablar, ¡Que sea tu voluntad hecha, si así es lo que quieres! Tú no tienes perdón, ni siquiera te importa el precio.
Así que necesito un poco de luz, para esconderme allí. Antes de que mi corazón se parta en un millón de pedazos. Así que necesito un poco de luz, para esconderme allí. Antes de que mi corazón agrietado se parta en un millón de pedazos.
Me estoy viendo destrozado por tu corazón de hierro, me estás trayendo la perdición con ese corazón.
Un mundo, sin ti, sería un mundo con menos sufrimiento y dolor.
Me estás llevando a la perdición con tu corazón de hierro.
(Y si escuchas a mi corazón, no entenderías lo que dice, porque cuando me susurra de ti ya sólo me dice lo cercano al odio que está ahora tu lugar.
¿Escuchas a mi corazón? Yo diría que no lo haces, porque los susurros de un corazón destrozado son demasiado bajos para que siquiera los escuche yo)
¿Escuchas a mi corazón?
¿Escuchas a mi corazón?
¿Escuchas a mi corazón?
¿Escuchas mi corazón?
Me estás destrozando con esa pieza de acero a la que llamas corazón, me estás haciendo romperme con esa serie de fríos actos a los que osas llamar amor.
Un mundo, sin ti, sería un mundo carente de sufrimiento y dolor.
Me estoy llevando a la perdición escuchando a tu corazón.
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Ah, recuerdos, recuerdos.. es curioso de cuantas formas y perspectivas puedo aplicaros, desde luego, sois enrevesados, dudo que las normas euclidianas pudiesen dar lugar a una representación gráfica de los sentidos en los que de forma eventual, todo hubo tomado hasta ahora su camino.
Ahh, demasiadas vueltas, demasiados pecados repetidos. Demasiados recuerdos que ni siquiera son míos.
Pero al fin y al cabo, ¿Qué recuerdo es mío?.. Debería de dejar de escribir sobre recuerdos, pero al fin y al cabo, no sé bien qué tal ridículo suena eso, cuando todo lo que existe, es lo incierto y lo pasado.
Ah, pobre perra sobre piel de cordero.
12:26
"Lustlos fasse ich mich an,
Und merke bald ich bin schon lange kalt
Kalt, so kalt
Mir ist kalt"
12:38
Pero si sólo existe lo pasado y lo incierto, entonces debería tratar de escribir más bien sobre los recuerdos más inmediatos, no los lejanos.
12:47
¿Si calificamos de invaluable el valor de una vida, cómo calificaríamos el valor de un sufrimiento capaz de hacer a alguien desear dejar de vivir?
20:17
Describiendo la locura
Pensad en el cerebro humano, como un gran llano entre montañas, en donde todo hace incontables ecos. Ahora, la mente es una estructura cuidadosamente construida en el centro del llano, para que cada sonido que produzca y los ecos que provengan de este sean controlables y provechosos para el individuo.
Ahora, el individuo piensa, y una serie de notas melódicas suenan. Después resuenan, y por último, se dejan de ser escuchadas.
¿Las podéis ver? Vibraciones de colores por el aire, suaves y melódicas notas con las que ilustramos el pensamiento.
Ahora imaginad que algo sucede, y en vez de una melodía, suenan cinco a la vez. Cada una con sus altos y sus bajos en sus respectivos momentos, las notas suenan, se mezclan, se alejan, y el eco vuelve mientras se siguen tocando cinco melodías.
El aire se carga de colores, el azul de una nota se mancha de negro, mientras que el negro de otra se llena de blanco, los colores se mezclan formando en algunos lugares únicamente la suma de todos los colores manchado por algunos lugares de negro.
Cada pensamiento independiente y en toda su complejidad, cada partitura extensa como cualquier otra, y todas sonando a la par, no hacen más que una orquesta de sonidos dispares en la que no entenderás nada a menos que, te concentres e ignores todo menos una de todas las partituras siendo tocadas.
Quién sabe, tal vez esa partitura sea toda una obra maestra, tal vez todas lo sean, pero, al ser tocadas a la vez, quizás no llegues a disfrutar ninguna.