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Diario de viaje

Posted by Vinctum - June 3rd, 2011


Diario de viaje, Viernes, 3 de junio de 2011

Me apetecía escribir un relato. Un relato en el que tomamos la psique humana por fortaleza, los guardianes los rasgos de su personalidad actual, los guardados los rasgos vigentes y ocultos y hacer algo inspirador y motivador (Ya que tan falto me suelo encontrar de ambos sentimientos), pero pensando en narciso, ergo, ego, fui incapaz de no replantearme el susodicho concepto.

¿Qué es "Yo"? Yo soy yo, pero él es él, y ninguno de los dos somos ella, más los tres somos "Yo".

¿Entonces quién de todos es "Yo"?

Yo.

Yo soy, yo pienso, yo decido, yo actúo, yo cuido de mi mismo. Yo me recuerdo a mi mismo, yo vigilo por mi mismo, yo me defiendo a mi mismo. Yo siento por mi mismo. Yo anhelo, yo busco, yo encuentro, yo pierdo. Yo soy.

Tú, tú, o también podría decir yo, o la perspectiva del yo, es el mayor adelanto en estupidez que he conocido desde que me enseñaron que una manzana era una manzana porque era una manzana. (Y que dejase de preguntar ya)

El yo resulta algo estúpido. No existe un yo continuo, no existe un yo aún menos perpetuo, no existe un yo absoluto, no existe un yo seguro, ni existe siquiera un yo por completo conocido.

Yo abarca tantas cosas de las que ni siquiera la persona actual que se define como yo es propietaria que viene a ser un "yo" un tanto prestado. (A crédito y con intereses, mi no estimado sire)

Al fin y al cabo, ¿Quién cuenta? (Yo) ¿Quién existe? (Yo) ¿Quién ha sido? (Yo) ¿Quién siente? (Yo) ¿Quién sabe? (Yo), tanto es "yo", que nosotros debemos de ser tan poco.

Por lo que, démoselo todo a yo. Un mal-definido auto-retrato, tintado de yo(ego) y sentimientos, de momentos pasados y esperanzas futuras que difícilmente es un cuadro hasta abstracto en vez de una amalgama de pintura de todos los colores conocidos (Y algunos por conocer).

Tenemos que protegerlo con todo. Mantenerlo siempre bien alimentado, escuchar qué nos pide y luego satisfacerlo, qué pasa no queda nada para lo que no sea "Yo"?

Esto es el yo; un auto-retrato mal pintado.
Esto es el yo; una broma de los sentidos.
Esto es el yo; la suma de lo que será y ha sido.
Esto es el yo;

Nos levantamos y ponemos todos en fila, parecemos pequeños soldados recién salidos de una guardería. Hacemos lo que nos dicen que es correcto, pelear a muerte por alguien cuyo rostro ni conocemos.

Y si fallamos; Repetimos.
Y si lo logramos; Lo hacemos de nuevo.

Un, dos, un, dos cuatro. Soldados de guardería; ¡Buen trabajo! ¿Hay acaso algo que no entendéis? ¡Sólo tenéis que seguir peleando por él!..

No ha estado bien, ¡Otra vez!
Muy bien.. ¡A lo siguiente!

Números cinco, seis y siete, os volvéis contra vuestros compañeros ¡Buen trabajo!, nueve y diez, os merecéis estar heridos por haberos confiado u no haberlo servido mejor.

Así que tenemos que satisfacerlo; Escuchar y acatar cada uno de sus deseos.
Somos sus elegidos, los únicos a los que susurra al oído
Los únicos que irían y volverían del infierno, sólo por lograr estuviese algo más satisfecho

Esto es el yo; una suma de los logros menos una fracción de los fallos
Esto es el yo; sólo todo.
Esto es el yo; todo en cuanto creemos y por lo que luchamos
Esto es el yo;

Fuego, sangre, muerte. Todo por él.

Uno, dos, matad a vuestros hermanos. Tres, cuatro, quemadlos vivos. Cinco, seis, siete y ocho, vosotros tenéis hermanas por lo que divertiros con ellas. Uno, dos, matad a cinco y a seis. Tres, cuatro, matad a uno y a dos, y ya me encargo yo de siete y ocho tras que os maten y así me quedo con todo.

Esto es, esto es el yo.
Esto lo es todo.

15:48

Un pequeño reflejo.

El circo enloquece, y todo se detiene, la sangre ha sido derramada pero los espectadores no la sienten. No la saborean, no la beben, y por ello no es suficiente; Así que el veredicto no es de piedad, y al vencedor se le lanzan los leones.

Y las bestias mueren una a una, por ellos, por su entretenimiento, por la supervivencia del gladiador, toda su sangre mancha la arena, baña la espada, cubre al asesino.

Tras los leones, van los gladiadores preparados para el espectáculo de la tarde. Con falsas promesas, todos se unen, y lanzando primero lanzas tratan de matar a con quien no pudieron los leones.

Pero las lanzas se les acaban, y quien no emociona al público al matar, aún sigue vivo. Por lo que se les promete sangre, y se le da, la de los gladiadores, pero no la de él. Y mientras uno tras otro caen los cuerpos, desangrándose, los corazones no laten como con el resto de espectáculos.

Finalmente, cuando no quedan gladiadores, entra la guardia. Doce soldados, armados y protegidos con metal, pisan con sus sandalias la arena llena de sangre. Y todos dudan ante el protagonista del nuevo espectáculo "Exótico" prometido para ese día, y las espadas tiemblan, porque se ven ante alguien que huye, que esquiva, que ataca por la espalda, y pide clemencia antes de traicionar. Se ven ante alguien que derrama sangre para evitar que la suya derramada, se ven ante quien promete y engaña, ante quien se entrega falsamente a la muerte para burlarla, ante ellos mismos.


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