Diario de viaje, Lunes, 30 de mayo de 2011

Si la felicidad existe, yo la he encontrado en las personas. En la compañía de quienes aprecias, de quienes no dudas y en quienes confías.

Lástima que la suerte lleve tantos años echada.

21:44

Ha pasado la mayor parte del día, y me encuentro cansado. Cansado de ser humano, de mis limitaciones y superaciones, de mis logros y fracasos. Cansado de jugar las reglas de un juego cuyo fin o razón desconozco, más no lo desconozco todo.

Sé que como animal, mis objetivos son simples y he de cumplirlos a todo costo.

Y al igual que juzgo algunas cosas por las leyes naturales, igualmente me juzgo a mi por ellas, y el veredicto no me resulta favorable.

La naturaleza no me favorece, la naturaleza favorece a aquel que actúa según sus normas, objetivos y recomendaciones, pero yo no deseo tener los mismo objetivos que ella me marca ni deseo seguir sus caminos o consejos.

Y aunque estos últimos estén demasiado hondos como para que pueda arrancarlos, no son tan omnipresentes e inherentes como para no reconocerlos e ignorarlos.

¡Pues vamos!, Descubramos cuanto da de si una vida, qué objetivos y valores terminarán alzándose sobre los demás y definiéndome, pero yo he terminado mi relación con la naturaleza.

Cometí el error de mirarla a los ojos al escuchar lo que dictaba, y lo que ví me heló hasta el corazón, si hay un infierno para nosotros ese lugar es a donde ella guía.

¡Así que vamos! Que me rompa el peso de la existencia, que me rompa el peso de la consciencia, que me rompa la vida vengándose de quien no está aquí para vivirla.

23:47

Deseos.. ¿Tiene valor lo que desee un ente determinado? ¿Tienen valor alguno los sentimientos?

Pienso en qué diferenciaría el deseo de un robot programado para evitar el daño y el de una persona en el mismo ámbito, y no encuentro qué los diferenciaría, entonces me pregunto.. ¿Alguno de los dos deseos tiene algún valor?

Las leyes naturales nos dan un juego de moralidades tan sencillo de usar que ni lo necesitamos conocer, nacemos con él y a lo largo de la vida no lo razonamos, lo sentimos, o en otras palabras.. nos es dictado.

Y hallarse ante la idea de hacer un juego de moralidad nuevo interpone una difícil pregunta. ¿Qué es lo que tiene valor, para considerar lo que vaya contra ello malo, y lo que vaya a su favor bueno?