Diario de viaje, 28 de junio de 2011. Martes.

¿Podría enumerar las lágrimas de cuya caída he sido testigo?

¿Y de las que he sido causante?

¿Recordaría, cada una de las historias tras dichos reflejos de dolor?

¿Podría honrar, su caída?

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Si puedes escapar a la música de tu propio funeral, no creo que sea tan complicado escapar.

¿Un hombre puede estar vacío?, ¿Tan vacío que ni siquiera lo sienta?, ¿Puede dudar de su propia falta de integridad mientras ve que no tiene ninguna? ¿Puede dudar de su propia existencia?

Ser completamente ajeno a lo que le rodea, a él mismo, y a lo que hay dentro de él, ser completamente ajeno incluso a ser ajeno, sencillamente encontrarse en un momento en que es racional dudar si es.

Un punto en que ni las pesadillas ni los sueños tienen sentido, un punto en que esperanzas y desesperanzas se hacen y deshacen a voluntad del avance de la manecilla del reloj.

Un momento en que lo único que conoce con seguridad es un avance inexorable hacia el final, en el que lo único que tiene seguro por más que algo le diga otra cosa, que las cosas algún día acabarán.

En el que es plenamente consciente, de que todo lo que intente terminará siendo polvo y siendo arrastrado por el viento. Y que no hay ninguna esperanza de que ninguna parte de él le haga creer otra cosa.

¿Se puede sentir que no se es?

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Mirando un reloj avanzar estando en el jardín de los pecados, aquí hasta el que no hace nada comete un pecado mortal.

Puede hacer o no hacer, pero todo será la opción equivocada. Y las veces que tome la correcta y obtenga un logro, será únicamente para deshonrarlo o perderlo.

Deseo tanto alzarme para caer, mi venus de milo. Llegar tan alto que no vea el suelo, y entonces lanzarme al vacío, por ti, mi venus de milo.

Se deja todo detrás a cada paso y no hay forma de entrar o salir, ya se está dentro, y no se puede nunca escapar. E incluso lo que juras recordar lo olvidarás según tus pasos se acumulen llevándote de un lugar a otro, pero las estaciones si recuerdan pasar.

Deseo alzarme hasta empequeñecer los cielos, mi adorada venus. Sumirme en una grandeza que me deshaga en pedazos, y cada pedazo clame por ti, mi adorada. Que cada pedazo sea tuyo, mi venus.

Vende. Cada una de mis posesiones y recuerdos
Toma, cada pedazo que desees.
Por minia que sea la intención.. no te contengas

Destroza, cada aspecto que no quieras que sea
Rechaza, cuanto no soportes
Y no te niegues el más minio capricho aún, no te controles, hasta que acabes conmigo

Mira como me alzo, por ti, mi venus de milo. Observa mi engrandecimiento, hasta que no quede nada de lo que era.
Mírame alzarme, por ti, mi adorada venus. Disfruta de lo que te presto, hasta que cada pedazo esté muerto y enterrado, mi perdición, mi venus, hazte con todo lo perdido.

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Creo que me ducharé y saldré antes de ceder a la locura, si no he sido ya cedido.

Sufriendo los tormentos del alma, uno no hace más que confirmar su presencia.

Oh, mi adorada.

Este vacío que me corroe hasta el alma,
Estas memorias que me acosan a cada paso que aún está por dar
Estas últimas caricias de las que no me puedo desprender aunque me ardan,
son todo lo que me queda, una vez el sol se olvida de cegar mi vista

Ya.. creo que sinceramente necesito esa ducha.

21:12

Ugh. I think I'm driving myself mad.

23:32

I think I'm already at that state so I don't actually know to where I'm going.

0:00

Another dead..